Si todavía no sabes, esta entrada hablará del equipo nacional de fútbol de Chile—el partido de Chile y Uruguay en particular. Pensaba en esto porque me daba cuenta cuando estaba subiendo mis fotos en mi computadora.
El partido fue impresionante. A ver fútbol afuera de los EEUU fue una experiencia extraordinaria de la que estoy agradecido. Un mar rojo nunca ha parecido tan hermoso y el aire de la noche nos daba la impresión de que estábamos en las montañas de Patagonia—libre y contento.
Después de los primeros sentidos poderosos, empecé a reconocer las rarezas culturales de Chile.
No venden cervezas por ejemplo(algo casi necesario en los estadios de los EEUU). Sólo vi soda y maní ¡porque no venden comida tampoco! ¡Sin completos! ¡Sin Barros Lucos! ¡Sin empandas! Y sin comida, yo estaba un poco disgustado. Pero pronto descubrí las coreadas, y el léxico.
chucha
conchasumadre
árbitro aweonado
puta
maricón
Si supiera cómo deletrear las otras, habría más. Y estas frases me recordaban mi tiempo en un lugar de trabajo latino. En que nos llamábamos con estas palabras como sobrenombres. Todos los días. Me recordaban también de la cultura ¨macho¨ en Latinoamérica. Y cómo usan ¨maricón¨ sin sentido muchas veces. A cambiar estas costumbres en los EEUU es muy difícil en sí mismo y ¿cambiarlas acá?—casi imposible pienso. ¿Cómo podemos cambiar algo tan inherente en la cultura y la historia? ¿Cómo podemos cambiar las golpizas de pandillas y fanáticos en la cultura de fútbol? ¿Debemos cambiarlas?
¿Es nuestra responsabilidad?
Estas cosas me disgustaban más que la escasez de comida. Y me dieron una perspectiva dinámica de la vida chilena y la vida latina que podemos ver con claridad en fútbol.
...
JP
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